
Si no puedes curar, alivia.
Si no puedes aliviar, consuela.
Y si no puedes consolar, acompaña.
Creo este apartado como homenaje a aquellas personas que lo han pasado mal en algún momento de su vida, y a las que siempre he tratado de ayudar y acompañar.
Pondré algunos de los comentarios y valoraciones que he ido recibiendo de mis pacientes y amigos, a los que siempre estaré agradecido por haberme dejado ser parte de sus vidas.

¡Gracias a vosotros!